¿Qué pide Jehová tu Dios?

MENSAJES

Jonathan Benjamín Rodríguez Cardona.

11/3/2025

¿Qué pide Jehová tu Dios?

Una reflexión basada en Deuteronomio 10:12–13

“Ahora, pues, Israel, ¿qué pide Jehová tu Dios de ti, sino que temas a Jehová tu Dios, que andes en todos sus caminos, y que lo ames, y sirvas a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma; que guardes los mandamientos de Jehová y sus estatutos, que yo te prescribo hoy, para que tengas prosperidad?”

La fidelidad del pacto de Dios hacia Su pueblo siempre ha venido acompañada de una expectativa: reverencia, amor y obediencia. Sin embargo, todo lo que Él pide no es una carga, sino una guía para el bien y la prosperidad espiritual de Su pueblo.

1. Temer a Dios: el principio de la sabiduría

Temer a Dios no significa tenerle miedo, sino reconocer Su santidad y Su poder. Es vivir con reverencia, sabiendo que cada decisión tiene valor delante de Él. Este temor santo nos aparta del mal y nos lleva a buscar lo que agrada al Señor.

“El amor sea sin fingimiento. Aborreced lo malo, seguid lo bueno.” — Romanos 12:9

Temer a Dios es caminar con asombro y respeto, sabiendo que Su sabiduría es el camino a la vida plena.

2. Andar en todos sus caminos: la obediencia transforma

La fe abre las puertas del cielo, pero la obediencia nos hace vivir bajo Su señorío. Los discípulos obedecieron la instrucción de Jesús y fueron revestidos de poder (Lucas 24:49). La obediencia no solo demuestra fe, sino rendición total al plan de Dios.

“La fe es para salvación; la obediencia, para rendición.” — JR

Obedecer es confiar, incluso cuando no entendemos. Es caminar paso a paso en el propósito divino, sabiendo que Dios bendice la obediencia.

3. Amar a Dios: el centro de todo

Jesús lo resumió así:

“Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente.”
— Mateo 22:37

El amor es la raíz de toda obediencia. Dios amó primero, y ahora nos invita a responder con un amor total, apasionado y sincero.
Amarlo no es emoción pasajera, es una decisión diaria que nace de reconocer Su amor inmerecido.

El amor genuino no se demuestra solo con palabras, sino con entrega, servicio y fidelidad.
Un corazón enamorado de Dios siempre buscará agradarle.

4. Servir con todo el corazón y con toda el alma

El amor verdadero se expresa sirviendo. Jesús nos dio ejemplo al decir:

“El Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir” (Mateo 20:28).

Servir no es una carga, es una oportunidad para corresponder al amor de Dios.

“Tú sirve a Dios, Él proveerá.”

Sirve con alegría, no por obligación. Quien sirve movido por amor, nunca se queda vacío.

5. Guardar sus mandamientos: la expresión del amor

“Si me amáis, guardad mis mandamientos.” — Juan 14:15

Obedecer la Palabra no es una carga, sino una muestra de amor. Sus mandamientos son caminos de vida que alegran el corazón y alumbran los ojos

“Los mandamientos de Jehová son rectos, que alegran el corazón.” — Salmos 19:8

Reflexión: El amor por Dios se mide en la práctica diaria: en cómo tratamos a los demás, cómo decidimos, cómo vivimos.
Guardar Su Palabra es permanecer bajo Su bendición.

Conclusión: Lo que Dios pide es todo nuestro corazón

La pregunta de Deuteronomio 10:12 se responde en el corazón de cada creyente: Dios no pide sacrificios vacíos, sino una relación genuina basada en justicia, misericordia y humildad. Lo que pide de nosotros no es para limitarnos, sino para acercarnos a Él.

“Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, amar misericordia, y humillarte ante tu Dios.” — Miqueas 6:8

Cuando le damos a Dios nuestro corazón, Él nos da Su presencia, Su perdón y Su propósito. Y donde está Su presencia, la tierra sana, el alma prospera y el espíritu se fortalece.

“Si se humillare mi pueblo... yo oiré desde los cielos, perdonaré sus pecados y sanaré su tierra.” — 2 Crónicas 7:14

Escucha esta palabra completa